Primeros indicios del 2024
Estos días de nevadas nos sirve para detectar huellas de oso pardo (ursus arctos) sobre el manto de nieve y obtener información de los ejemplares que habitan en los distintos valles del Pirineo. Una de las finalidades de estos transectos es detectar posibles hembras con cachorros para dar aviso y detener una hipotética batida de jabalí en la zona. Ayer detectamos 3 trazas de oso diferentes en tierras aranesas, también una traza pequeña y dudosa compatible con tejón (meles meles, última foto), un mustélido que marca con los 5 dedos al igual que los osos.
Conocíamos datos desde Francia que en el mes de enero había algún oso activo según el registro de indicios del ROB, algunos positivos mediante fototrampeo. En el Pirineo occidental también tenemos constancia de actividad úrsida gracias a huellas encontradas sobre la nieve.
Estaba siendo un invierno muy cálido con poca precipitación y esto modifica la conducta de uno de los mamíferos más emblemáticos del Pirineo. A principios de febrero detectamos las siguientes huellas en cotas altas de Valls d’Àneu, a unos 1.800 metros de altitud. Estos datos constatan que este invierno ha sido un periodo de hibernación corto y que las condiciones climáticas han afectado a determinados individuos.
No obstante, no podemos afirmar el cambio climático está condicionando definitivamente el comportamiento del oso pardo del Pirineo porque no hay estudios realizados. Somos conscientes de que en otras regiones de la península el oso pardo ya no hiberna, por este motivo queremos iniciar un proyecto de caracterización de su hábitat para analizar algunos bioindicadores en ZPP que corroboren el cambio de comportamiento del oso pardo en su etapa letárgica. Debido a la envergadura del proyecto únicamente se pondrá en marcha si existe financiación. Si estás interesado puedes verlo aquí.
Os dejamos un vídeo que muestra un día cualquiera de la Asociación Defensa Lobo y Oso en el Pirineo.